Los humedales garantizan el desarrollo sostenible. Se perfilan como enclaves esenciales para la vida y prosperidad de las personas, la fauna y la flora. Como cunas de diversidad biológica, son uno de los entornos más productivos del mundo.
Los ecosistemas de los humedales atesoran una gran complejidad. Así, actúan de intermediarios entre los hábitats terrestres y los acuáticos.
Ambientes exuberantes de biodiversidad y altos en productividad, cuyo valor añadido reside en que exportan elevadas cantidades de nutrientes del medio marino.
Asimismo, desempeñan la función de desove, desarrollo e incorporación de invertebrados y peces. Son áreas de anidación de aves.
Su valor ambiental radica en el control de la erosión costera y las inundaciones, así como en la producción de recursos pesqueros.
Considerados como epicentros de gran atractivo turístico, son uno de los ecosistemas biológicamente más dispares.
La importancia ecológica de los humedales
Esenciales para la salud y la prosperidad de las personas, nos aportan agua dulce, garantizan nuestro suministro de alimentos, mantienen la biodiversidad, nos protegen de las inundaciones y almacenan dióxido de carbono.
Además, protegen el medioambiente lo que implica conservar y restaurar los ecosistemas terrestres para beneficiar tanto la vida humana como el medio natural.
La vegetación específicamente adaptada a estos ecosistemas se denomina hidrófita. Reemplaza, en estos casos, a las especies normales terrestres.
Por su parte, las características de la fauna comprenden el endemismo y la diferenciación con respecto a las zonas adyacentes. Grandes familias de aves y reptiles están exclusivamente adaptadas a este tipo de entorno.
Funciones para un desarrollo sostenible
De esta forma, las principales funciones para un desarrollo sostenible de los humedales se concretan en:
- Actúan como filtradores naturales de agua, lo cual se debe a que las plantas filtradoras almacenan y liberan agua en un proceso de filtración. En este sentido, también depuraran los desechos nocivos del agua como pueden ser los pesticidas, metales pesados o toxinas.
- Contribuyen a amortiguar la naturaleza. Por un lado, absorben las precipitaciones, lo que da lugar a la protección contra las inundaciones. Por otro, esta capacidad de almacenamiento los hace efectivos contra la sequía.
- Los manglares, marismas de agua salada y arrecifes de coral disminuyen la velocidad y la altura de las mareas de tempestad.
- Sus raíces proporcionan cohesión a la línea costera reduciendo la erosión provocada por el viento y las olas. Además, aumentan la protección contra el cambio climático.
- Suministran agua dulce, alimentos y materiales de construcción.
- Almacenan carbono.
- Fomentan el desarrollo económico: garantizan que las personas dispongan de los medios para tener sus propios ingresos y prosperar.
- Favorecen el desarrollo social: mejoran la cooperación, el respeto y la confianza entre los grupos sociales y promueven la igualdad de género.
- Protagonizan la protección ambiental: conservan y restauran los ecosistemas de la Tierra para beneficiar tanto a la vida humana como al medio natural.
- Son fundamentales para la biodiversidad: albergan más de 100.000 especies de agua dulce, se perfilan como esenciales para muchos anfibios y reptiles, además de ser fuente de reproducción y migración de muchas aves.
Muchos de ellos atesoran especies endémicas, esto es, formas de vida únicas de un determinado lugar.
Tierras húmedas, en preocupante amenaza
A pesar de su relevancia, las tierras húmedas de todo el mundo se encuentran en preocupante amenaza.
Los peligros que las acechan provienen de:
- El desarrollo inmobiliario, turístico e industrial.
- La conversión intensiva a la acuicultura o la agricultura.
- Cambios hidrológicos y artificiales.
- Degradación por medio de la explotación excesiva.
Convención de Ramsar: por la preservación y el uso racional de los humedales
La misión de la Convención de Ramsar se concreta en “la conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales y nacionales y gracias a la cooperación internacional, como contribución a un desarrollo sostenible en todo el mundo”.
Aunque los humedales se encuentran entre los ecosistemas más diversos y productivos, sigue su degradación y conversión para otros empleos. De ahí que surja la Convención, arropada por la UNESCO y asentada en tres pilares, cuyas Partes Contratantes se comprometen a:
- Trabajar a favor de uso racional de los humedales de su territorio.
- Designar humedales idóneos para la Lista de Humedales de Importancia Internacional (“Lista Ramsar”) y garantizar su manejo eficiente.
- Cooperar en el plano internacional en materia de humedales transfronterizos, sistemas de humedales compartidos y especies compartidas.
- En este aspecto, la Convención apuesta por el “uso racional” de los humedales. Define este concepto como “el mantenimiento de sus características ecológicas, logrado mediante la aplicación de enfoques por ecosistemas, dentro del contexto del desarrollo sostenible”.
Humedales españoles: a vista de pájaro
El 2 de febrero se conmemora anualmente el Día Mundial de los Humedales. Una jornada en la que se pretende reflexionar, concienciar y difundir la importancia de los humedales desde una perspectiva ecológica y ecosistémica.
España es un lugar estratégico para la avifauna, que decide avistar el paisaje y residir en los 38 humedales que la pueblan. Recorremos cinco de ellos.
1. Parque Nacional de Doñana
Doñana se esboza como un complejo entramado de paisajes que se extienden integrando un horizonte llano y limpio. En definitiva, un edén para las aves en el humedal más importante del continente europeo.
A caballo entre las provincias de Huelva, Cádiz y Sevilla, se trata de un laberinto de tierra y agua que forman marismas, lagunas y ños, cotos y pinares, vetas y veras, dunas, playas y acantilados.
En Doñana se encuentran ecosistemas tan diversos que la avifauna halla su lugar como zona de paso, cría y residencia en la época invernal. Más de 120 especies que son el exponente de una auténtica explosión de vida, sonido y color.
2. Delta del Ebro
El Parque Nacional del Delta del Ebro es exponente de una fraguada y enérgica personalidad. Esta radica en su singularidad. Un lugar incomparable y único, que se perfila como uno de los humedales más amplios de la Europa mediterránea.
Alberga una gran riqueza de flora y fauna, de incalculable valor. Se extiende en 320 kilómetros cuadrados de superficie, convirtiéndose en el hábitat acuático más extenso de Cataluña.
Su riqueza biológica se combina con la profunda humanización y transformación agrícola de parte de su superficie.
3. Laguna de Fuente Piedra
Los tímidos flamencos rosas han encontrado su sitio en la Reserva Natural de la Laguna de Fuente Piedra. Ubicada en la provincia de Málaga, es la más grande de la toda Andalucía y brinda un entorno privilegiado para la reproducción del flamenco. Además, es zona de invernada y paso de otras aves.
Perteneciente al conjunto endorreico de las lagunas de Antequera, la única salida de la que dispone el agua es por evaporación. Este hecho determina su naturaleza cerrada y endorreica. Constituye, de este modo, un paisaje incomparable, cuyo relieve es muy suave y está cubierto por campos de olivos y cereal.
A causa del tipo de sustrato, la evaporación del agua hace que la sal quede cristalizada en la superficie. Los diques, muros y canales que explotaron los romanos sirven hoy para la nidificación del flamenco y de otras aves acuáticas.
4. Parque Nacional de las Tablas de Daimiel
Como último representante de las denominadas tablas fluviales, su peculiaridad radica en que se forma por el desbordamiento de los ríos Guadiana y Gigüela. La escasez de pendiente en el terreno favorece esta estructura.
Un ecosistema único en Europa que mezcla las características de una laguna de inundación con la de una zona de descarga de aguas subterráneas procedentes de un acuífero de gran tamaño.
Las fluctuaciones que se producen en el ambiente de las Tablas de Daimiel, con irregularidades en las entradas de agua, es su característica más sobresaliente. Los organismos que en él habitan están particularmente adaptados a estas oscilaciones.
5. Reserva Natural de la Laguna de Gallocanta
La Reserva Natural de la Laguna de Gallocanta se esboza como el mayor humedal salino de la península ibérica y el que mejor estado de conservación tiene de Europa occidental.
A medio camino, entre las provincias de Teruel y Zaragoza, situada a una altitud de mil metros, sus aguas son de carácter endorreico, sin salida hacia cauces fluviales.
Una de las figuras vivas diferenciadoras del humedal es, sin duda, los bandos de grullas que año tras año llegan a sus tierras en su viaje migratorio. Desde el mes de octubre más de 40.000 grullas que proceden de Europa occidental emplean Gallocanta como parada en su ruta.
En torno a ella se hallan otras lagunas de agua dulce o salada donde residen colonias de ánades.
La necesidad de los humedales
Como garantes del desarrollo sostenible y hábitats donde residen especies únicas, la Convención de Ramsar apuesta por su uso racional y ecológico. Un empleo respetuoso del ecosistema que da vida, valor y riqueza.
Existen tanto en lugares fríos como cálidos, pero su principal valor radica en que en ellos habitan especies vegetales que no pueden sobrevivir en otros entornos. Esto implica la supervivencia de los humedales para la de la propia especie. Sin ellos la vida en la Tierra no sería posible.
Por tanto, las tierras húmedas son un recurso de gran valor ecológico, cultural, económico, recreativo y científico.